Rhipsalis pilocarpa: Una planta colgante única para tu hogar
La Rhipsalis pilocarpa o Ripsalis peluda pertenece a la familia de las cactáceas. Es originaria de los bosques tropicales de América Central y Sudamérica, donde crece colgando de los árboles. ¿Te imaginas encontrar esta planta colgante en medio de la selva?
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Sus ramas son finas y flexibles, cubiertas de una vellosidad blanquecina que le da ese aspecto “peludo” tan característico. De ahí su nombre común de Ripsalis peluda. Cuando está contenta, entre los mechones blancos asoman pequeñas florecitas de color blanco o rosa.
A esta planta le encanta la luz y el calor, pero sin los extremos del sol directo. Con unos sencillos cuidados básicos que te explicaré después, podrás disfrutar de su belleza única durante mucho tiempo.
Origen y hábitat
La Rhipsalis pilocarpa es originaria de las selvas tropicales de América Central y regiones de Sudamérica como Perú, Bolivia y Brasil. Suele encontrarse en estado silvestre colgando de los árboles o arbustos.
Al igual que otras cactáceas epífitas, esta planta ha desarrollado raíces aéreas que le permiten fijarse a su soporte sin necesidad de enraizar en el suelo. Una adaptación fascinante para sobrevivir en las copas de los árboles, ¿no crees?
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Cuidados básicos de la Rhipsalis pilocarpa
Aunque en su hábitat natural la Rhipsalis pilocarpa crece colgante, en cultivo se puede mantener tanto en macetas colgantes como posada sobre una superficie. Veamos algunos consejos prácticos para su cuidado.
Luz
Lo ideal es colocar estas plantas colgantes cerca de una ventana orientada al norte, este u oeste. De esta forma recibirá abundante luz natural filtrada pero sin los rayos directos del sol de mediodía que podrían quemarla.
Si no dispones de estas condiciones, una habitación bien iluminada puede ser suficiente. Eso sí, cuanta más luz reciba, más exuberante será su follaje.
Riego
Durante la primavera y el verano, la Rhipsalis agradecerá riegos más frecuentes pero moderados, dejando secar la tierra entre uno y otro. ¿Cada cuánto? Depende de diversos factores, pero yo te recomiendo observar la tierra y regar cuando notes que se ha secado la capa superior.
En otoño e invierno bastará con riegos cada 2 o 3 semanas aproximadamente. Recuerda, sin encharcar ni empapar en exceso o sus raíces podrían pudrirse.
Temperatura
Al provenir de selvas tropicales, la Rhipsalis peluda necesita temperaturas cálidas para desarrollarse adecuadamente. Lo ideal es mantenerla entre 18°C en otoño/invierno, y 24-30°C en primavera/verano.
Eso sí, cuidado con las corrientes de aire frío que podrían dañarla. Busca siempre un lugar protegido dentro de casa.
Abono
Para aportarle los nutrientes necesarios, puedes abonar la tierra con un fertilizante diluido específico para cactus y suculentas. Lo ideal es hacerlo en primavera y verano, cuando la planta está en su periodo de crecimiento activo.
Sigue siempre las instrucciones de dosificación del fertilizante y no abuses, un exceso de nutrientes puede perjudicar a tu Rhipsalis. Con moderación es mejor.
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Reproducción
La Rhipsalis pilocarpa es bastante sencilla de reproducir por esquejes. Simplemente corta un tallo de unos 10-15 cm, déjalo secar al aire un par de días y plántalo en tierra para cactus. En unas semanas comenzará a enraizar y crecer.
¡Así de fácil tendrás nuevas plantas para regalar o expandir tu colección! Eso sí, ten cuidado al manipular los tallos ya que son muy frágiles y se rompen con facilidad.
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