La misteriosa Lycoris radiata: Cuidados básicos de la flor japonesa de la muerte
La Lycoris radiata es una flor con un nombre que suena a hechizo de Harry Potter. Pero no te dejes engañar por su aspecto mágico. Esta planta es real y tiene una historia fascinante. En Japón la llaman "flor del infierno" o "flor japonesa de la muerte".
Suena un poco tétrico pero no es para tanto. Su mala fama viene de que suele crecer en cementerios. Aunque lo cierto es que es una planta preciosa que puede dar un toque único a tu jardín.
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La Lycoris radiata es originaria de Asia, la podemos encontrar en Japón China y Corea y pertenece a la familia de las Amaryllidaceae. Es una planta bulbosa que florece en otoño. Sus flores son de un rojo intenso con estambres largos que parecen tentáculos. De ahí que también la llamen "araña roja".
Cultivo de la flor japonesa
Para cultivar la Lycoris radiata necesitas un clima templado. Le va bien en zonas donde los inviernos son suaves. Si vives en un lugar con heladas fuertes mejor cultívala en maceta, así la podrás proteger del frío extremo. El suelo debe ser bien drenado, no le gusta nada encharcarse. Mezcla tierra de jardín con arena o perlita para mejorar el drenaje.
Planta los bulbos en otoño. Entiérralos a unos 10-15 cm de profundidad. Puedes dejar unos 15-20 cm entre cada bulbo. Las hojas brotarán en invierno y se mantendrán hasta la primavera. Luego se secarán, pero no te asustes porque es un proceso normal.
La planta entra en reposo durante el verano. Las flores aparecerán como por arte de magia a finales de verano o principios de otoño. Y lo harán sin hojas, porque esta planta tiene ese curiosidad añadida, nunca coincidirán las hojas con las flores. Cuando le toca florecer, sus hojas se mueren. Y cuando las flores llegan al fin de su ciclo natural de vida, mueren y aparecen las hojas.
Riego y exposición solar
El riego es crucial para la Lycoris radiata, porque ecesita humedad constante durante su periodo de crecimiento. Esto es desde que brotan las hojas hasta que se secan. Riega regularmente pero sin pasarte. Recuerda que no le gusta encharcarse. Toca la tierra con el dedo y entiérralo hasta el nidullo, si sale seco, te toca regar. Si está húmedo espera un poco.
En cuanto al sol a la Lycoris radiata le va el término medio. No le gusta el sol directo todo el día pero tampoco la sombra total. Busca un lugar con sol parcial o sombra luminosa. Un sitio donde reciba luz pero no el sol más fuerte del día. Si la tienes en maceta puedes ir moviéndola para encontrar el lugar ideal. Verás que la planta te lo agradecerá con unas flores espectaculares.
Abono y multiplicación
¿Quieres que tu Lycoris radiata crezca fuerte y sana? Pues dale de comer. Usa un fertilizante equilibrado en primavera cuando las hojas estén en pleno crecimiento. No abuses del abono. Con una vez al mes es suficiente. Cuando las hojas se sequen deja de abonar. La planta entra en reposo y no necesita más alimento.
Si te enamoras de tu Lycoris radiata (que lo harás) querrás tener más, y tengo buenas noticias se multiplica fácilmente. Los bulbos producen bulbillos que puedes separar y plantar. Hazlo cuando la planta esté en reposo en verano, así te será más fácil manipularla.
Excava con cuidado alrededor del bulbo madre. Separa los bulbillos que tengan un buen tamaño. Plánalos siguiendo las mismas instrucciones que te di antes. En un par de años tendrás nuevas plantas floreciendo.
Problemas comunes y soluciones
Como toda planta la Lycoris radiata puede tener algunos problemas. Pero no te preocupes que tienen solución. Si ves que las hojas se ponen amarillentas puede ser por exceso de riego. Reduce la frecuencia y mejora el drenaje. Si las flores no aparecen puede ser por falta de sol o porque el bulbo es aún joven. Ten paciencia a veces tardan un par de años en florecer.
Los caracoles y las babosas son fans de la Lycoris radiata. Si ves que están atacando tus plantas usa trampas o repelentes ecológicos, como la tierra de diatomeas. También puedes poner una capa de grava alrededor de las plantas. A estos bichos no les gusta arrastrarse sobre superficies ásperas. Con estas precauciones tus plantas estarán a salvo.